Nacemos con el derecho a disfrutar de la prosperidad y la abundancia, a gozar de todo lo bueno de la vida y, sin embargo, muchas personas viven sus vidas, experimentando una gran escasez y sufrimiento, ¿por qué?.
Para atraer y manifestar en tu vida la prosperidad y la abundancia y todo lo bueno que mereces, lo primero que necesitas es ser consciente de que tienes derecho a las mismas. Los regalos de la vida son infinitos, y los podrás descubrir y disfrutar en la medida en la que te sientas digno y merecedor de hacerlo. Mientras estés apegado a creencias limitantes y estés enfadado con tus circunstancias, mientras mantengas una mentalidad de víctima y una actitud de perdedor, serás el único responsable de tu escasez, y también del sufrimiento que esta te puede generar.
La vida nos ofrece una multitud de reflejos de aquello que emanamos, y está en nuestras manos, y solo en nuestras manos, transformar esa irradiación. Para ello debemos conocernos y retomar el poder que hemos cedido en entidades, personas y creencias, para usarlo con coherencia y sabiduría. Así como discernir cuáles de nuestros pasos nos están alejando de la prosperidad, de la abundancia, del éxito y de todo lo bueno de la vida, en lugar de acercarnos a ellos.
Actualmente, se habla mucho de todo lo que se puede conseguir cuando defines un objetivo en tu mente, pero, déjame que te diga que, en ese discurso suelen omitir el peso que tienen tus creencias y tu actitud vital.
Por mucho que repitas un “quiero” en tu cabeza, por mucho empeño que pongas en hacer mosaicos que representen tu sueño cumplido, y por muchos eslóganes que aprendas para intentar creértelo, no vas a lograr tus propósitos.
Para alcanzar todo lo bueno que deseas, es imprescindible que recuerdes y sientas que eres digno de todo lo mejor que la vida te puede ofrecer, y que sepas que puedes y mereces ser próspero y abundante. Manifestar todo esto depende únicamente de ti, de tu nivel de consciencia y de tu compromiso contigo mismo.
Si aún no lo has logrado, si sientes que tu esfuerzo es una pérdida de energía, si acumulas frustración o si simplemente estás desubicado, sigue leyendo. Aquí te ofrezco algunas sugerencias que te pueden ayudar a tomar la decisión de lanzarte en tu camino hacia el éxito, y de abrirte a recibir y disfrutar de la prosperidad y la abundancia plenas.
A continuación, te comparto, brevemente, siete actitudes mentales que pueblan el sistema en el que vivimos y que, convertidas en inercias vitales, te van a impedir atraer la prosperidad y la abundancia.
Ten en cuenta que, si lo que hace la mayoría de la gente funcionará, esa misma mayoría viviría una vida plena y disfrutaría de la abundancia y el éxito. Como la realidad es que, lo que es habitual no suele ser lo correcto, te invito a que leas las siguientes claves con una mente abierta, sin caer en la trampa de justificarte utilizando lo que has hecho siempre o lo que parece normal.
Si de verdad quieres abrirte a atraer prosperidad, abundancia y todo lo bueno que mereces, mientras manifiestas todo tu potencial, tendrás que estar dispuesto a tener el valor que te llevará a tomar un camino diferente, que en ningún caso será el camino que estabas andando, y desde luego, no será el camino de la mayoría.
Estas 7 claves te harán entender por qué no atraes prosperidad, abundancia y todo lo mejor a tu vida. Puede que no te veas reflejado en todas ellas, lo importante es que llegues, poco a poco, transformándolas de una en una, a positivizar cada una de las mismas.
Recuerda que es posible, y sobre todo, que eres digno y mereces disfrutar de la abundancia, la prosperidad y todo lo bueno que la vida tiene para ofrecerte.
Mentalidad de perdedor
Aunque todas las claves que te comparto aquí tienen que ver con una inercia y una actitud mental, esta primera es, probablemente, la raíz de todas las demás.
La mentalidad del perdedor te lleva a mantenerte en una actitud pasiva, “a la espera de…” Las excusas son infinitas, puedes estar esperando un mejor momento, a saber más, a que cambien los políticos, o a… Como digo, las excusas son infinitas y totalmente personales. Lo importante es que comprendas que la prosperidad y la abundancia requieren de ti una actitud activa y comprometida; y sobre todo que recuerdes que solo dispones del instante presente. No existe más futuro que el que tú creas aquí y ahora.
Lamentarse
Esta actitud se asemeja a un mal vicio que lleva a quien lo padece a poner su atención y su foco mental en los problemas, en aquello que no está siendo como su ego querría e incluso en aquello que juzga por incomprensión o por ignorancia.
Desde el lamento no solo no te preguntas para qué te está pasando “eso” o para qué no estás consiguiendo “esa otra cosa”, sino que te entretienes en buscar porqués que solo va a respondertu ego.Mientras alimentas las circunstancias que te desagradan y alejas de ti todo lo bueno que aumentaríasi fueras más agradecido.
Culpar
Tan habitual como tóxica es la culpa. A muchas personas, culpar a otros, les hace sentir mejores personas. Pero la realidad es que culpar solo sirve para no responsabilizarse de la propia vida y las creaciones que generamos en ella. Y cuando no te responsabilizas te vives como una víctima de las circunstancias y de los demás. Para convertirte en una persona exitosa es imprescindible que te responsabilices, abandones el rol de víctima y dejes de buscar culpables.
Juzgar o envidiar el éxito ajeno
Tanto el juicio como la envidia nacen de la ignorancia y la ignorancia solo trae sufrimiento, jamás trae ni abundancia ni ningún tipo de cosas buenas.
Lo fundamental aquí es que recuerdes que ver brillar y triunfar a otros te tiene que servir para recordar que es posible lograrlo. Y, más importante aún, que cada vez que juzgas o envidias, te estás robando la oportunidad de ese logro que estás percibiendo en otros.
Distraerse y postergar.
Esta es una estrategia de autosabotaje que alejará de ti la prosperidad y todo lo bueno que anhelas. Distraerte con cosas intrascendentales, adormecerte con lo externo y desenfocarte postergando lo trascendental, aquello que te puede hacer feliz, aquello con lo que te has comprometido, justificándote con mil excusas del ego, solo te servirá para mantenerte atrapado en el “más de lo mismo”, en la repetición de lo que no deseas. Así, no solo pierdes la vida, además pierdes el rumbo, la energía y sobre todo te pierdes a ti mismo.
Pensar que con más dinero tu vida sería mejor
Esta es una de esas creencias tan habituales como tóxicas. No es más que una culpa encubierta en la que responsabilizas a los números de tu cuenta bancaria de tus estados de ánimo. Seguramente a ti no te gustaría estar cerca de alguien que te culpara de sus estados de ánimo, pues al dinero y a las energías de abundancia y prosperidad, les sucede lo mismo, no se sienten atraídos por las personas que las responsabilizan de su infelicidad.
Ten en cuenta que esta forma de pensar deja de manifiesto que tienes una mala relación con el dinero; la buena noticia es que eso puede cambiar.
Piensas que “el mundo” te debe algo
Una vez más, esta clave deja de manifiesto una mentalidad de perdedor y de víctima. Solo las personas pasivas y victimizadas se creen con derecho a recibir sin dar, a obtener si pagar los precios correspondientes.
La vida es infinitamente generosa, pero hay que aprender a descubrir la realidad para poder celebrar lo que la vida nos da. Sea como sea, si eres de los que piensa que el mundo y la vida te deben algo, pregúntate ¿qué ofreces tú? Porque la vida siempre nos espeja, de forma amplificada, aquello que entregamos y emanamos.
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Y disfrútalo en la comodidad de tu hogar, repitiéndolo tantas veces como quieras hasta que lo sientas integrado y tu vida sea tan exitosa y feliz como mereces.
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