La violencia no es cuestión de género. No se debería generalizar diciendo que las mujeres son víctimas mientras se cuelga el cartel de verdugo a los hombres. Hay muchos factores que convierten a una persona en víctima y la mayoría de ellos están relacionados con unas actitudes vitales y una falta de responsabilidad, no con una cuestión de género. Mientras sigamos juzgando y alimentando los enfrentamientos entre personas no vamos a terminar ni con los abusos de poder ni con la violencia. Sería mejor que cada uno tomáramos nuestra responsabilidad y fuéramos respetuosos, con la consciencia de que todos nosotros estamos heridos; sería mejor que pusiéramos más amor y menos juicio ya que cada juicio implica violencia y alimenta al miedo, a la culpa, al castigo y a la separación.